Cómo hacer Ensalada de colores en frasco

Cuando mis niños eran pequeños, con veintipocos años, la hipoteca, inestabilidad en el empleo, etc. etc. no teníamos costumbre (ni dinero para hacerlo)  de ir a cenar o comer fuera, así que nos turnábamos con amigos en similares circunstancias y que también tuviesen niños pequeños así la invasión y desorden que supone recibir peques era mucho más entendida. De ese modo cada sábado cenábamos, nos reuníamos, reíamos, charlábamos, los niños jugaban y a veces también peleaban entre ellos. Al final, los mayores terminábamos jugando a las cartas y los peques durmiendo en los sofás (ahora se le llamaría maltrato infantil) y os aseguro que recuerdo con mucha nostalgia aquellas cenas que siempre me parecían riquisisiisisimas y en las que nunca faltaba un postre que unas y otras elaborábamos en casa. Tampoco penséis que era cocina sofisticada, todas éramos muy jóvenes, pero le poníamos muchas ganas, nos pasábamos recetas y nos gustaba sorprender el día que nos tocaba recibir en nuestra casa.

Ahora con la crisis veo que habrá que volver a aquella época, que insisto vivíamos muy ajustados, lo de ir de vacaciones era algo que ni se nos pasaba por la cabeza. En años precedentes cuando he visto pedir un crédito para ir de vacaciones me he quedado con la boca abierta, es que yo ya parezco la abuela cebolleta porque me voy haciendo mayor y viendo situaciones que no dejan de sorprenderme.

Vamos con la ensalada de hoy...

La gracia de esta ensalada es sin lugar a dudas el presentarla en un frasco de cristal y poder ver el colorido de las distintas capas a través del recipiente. No obstante no es necesario que os compréis un montón de frascos (aunque en las tiendas de los chinos son baratos) podéis servirla en copas con igual o mejor resultado.

Ingredientes (dependiendo de los comensales, más o menos cantidades)

- Zanahoria cruda y rallada gruesa
- Lechuga cortada finita (en brunoise)
- Tomate para ensalada sin piel y en su punto de maduración.
- !/2 huevo cocido
- 1/4 de cebolleta picada fina
- 2 rodajas de aguacate por ración.
- Sal,
- Aceite de (*)oliva virgen extra 
- Zumo de medio limón y de media lima (si no tienes lima, pones el zumo de un limón entero)
- Ventresca de bonito del norte (puedes sustituirlo por langostinos hechos a la plancha y sin piel o por una loncha de salmón ahumado)
Vinagreta
- En un cuenco ponemos los zumos del limón y  la lima, el aceite de oliva, pizca de sal y revolvemos bien. Dejamos emulsionar mientras procedemos al montaje.
Presentación
- Buscamos la combinación de colores y comenzamos poniendo abajo de todo la zanahoria rallada gruesa, a continuación, ponemos una capa de lechuga corta finita, después el tomate sin piel y cortado en cuadraditos, la siguiente capa será la cebolleta cortada en rodajas finas, salseamos generosamente con la vinagreta y cubrimos con el huevo picadito. Coronamos con dos lonchas de aguacate y un lomo de ventresca.

Una hojita de cilantro o perejil dará el último toque a este entrante tan sencillo como vistoso y rico.
Vuestros invitados quedarán sorprendidos con esta propuesta  y os nombrarán granchef o chefa del universo (eso como mínimo)

Espero que os haya gustado!

Sugerencias
- El aguacate se oxida enseguida, así que es mejor que lo abras justo en el momento antes a consumirlo. Si te sobra una mitad, déjalo con el hueso, rocíalo con zumo de limón,  envuélvelo con papel film y guárdalo en la nevera, lo tendrás perfecto para el día siguiente, incluso se aguanta en condiciones óptimas dos días.

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